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El sólo nombre "Tucker" hace vibrar algo en el corazón de todo verdadero fanático de la historia automotriz, evocando la saga de un hombre por hacer realidad el "sueño americano" de hacer algo realmente grande, partiendo de nada: Construir un automóvil adelantado a su tiempo que revolucionaría la industria automotriz para siempre. Si bien el sueño se derrumbó con apenas 51 coches producidos, Preston Tucker es hoy uno de los más admirados fabricantes de automóviles del Siglo XX. Una historia fascinante, aunque no exenta de controversias que se mantienen hasta nuestros días.

Terminada la segunda guerra mundial, la industria del automóvil en Estados Unidos estaba lista para comenzar de nuevo con la producción de vehículos para uso civil. Atrás quedaban tres largos años en los que la gente no podía comprar modelos nuevos, durante este tiempo había desaparecido la oferta de vehículos mientras que la demanda crecía a la espera de los nuevos productos que se fabricarían en las plantas que habían dedicado su capacidad instalada a la producción de material bélico.

Los modelos "nuevos" eran muy similares a los que de antes de la guerra, con muy ligeros cambios. Por tal razón la gente esperaba vehículos verdaderamente nuevos y no sólo "maquillados".


El auto del mañana,... hoy!

  Un personaje ligado a la industria del automóvil vislumbró un gran negocio, su nombre Preston Thomas Tucker (1903-1956), procedente de Ypsilanti, Michigan, antiguo empleado de Cadillac, Ford, Studebaker, Stutz y Chrysler, poseía grandes conocimientos sobre autos, su mercadeo y ventas. Además, había participado junto a Harry Miller (1935), en el desarrollo de un modelo especial para carreras:

El Gulf-Miller Special Indianapolis, así como en el exitoso diseño de las torretas giratorias para los operadores de las ametralladoras de los bombarderos, y en el fallido proyecto de un extraño carro blindado que, extrañamente, fue rechazado por el ejército con el argumento de que "era demasiado rápido" (120 mph.)

Con este perfil, sumado a su iniciativa, astucia y carisma, Tucker decidió que iba a construir un auto verdaderamente original:

 
Gulf-Miller 1941

"El primer auto completamente nuevo en 50 años", promocionalmente denominado Tucker "Torpedo", finalmente se llamó "Tucker 48".

Ayudado por sus habilidades comerciales, comenzó a reunir el dinero para llevar a cabo su proyecto a través de franquicias (el derecho a vender los futuros automóviles, si es que se producían y cuando se produjeran).


Recibió en arriendo del gobierno una enorme fábrica en Cicero (sur de Chicago), en la que Dodge había producido, durante la Segunda Guerra Mundial, motores para los bombarderos B-29. Tucker trabajaba contra el tiempo, sus acreedores e inversionistas esperaban resultados pronto.


Un auto adelantado a su tiempo

Tucker, trabajando de la mano de ingenieros de la talla de J. Gordon Lippincott, y de su equipo de diseñadores liderado por Alex Tremulis, pensaba en un auto muy seguro y espacioso donde pudieran viajar cómodamente 6 jugadores de fútbol americano, además debería ser un vehículo muy potente.
Uno de los primeros bocetos de Alex Tremulis sobre el Tucker "Torpedo"

Diseñó suspensiones independientes para las cuatro ruedas, motor trasero de aluminio de 6 cilindros, con inyección mecánica de gasolina,  enfriado por aire y frenos de disco.


  Las suspensiones funcionaron muy bien desde el principio, no así el motor, que producía insuficiente potencia y debió ser sustituido por un boxer Franklin usado en helicópteros pequeños, y no enfriado por aire sino por agua, que producía 166 HP en lugar de los 88 HP del motor inicial.

La caja de cambios automática fue diseñada por el mismo ingeniero que ejecutó la Dynaflow usada en los Buick, con la ventaja que el sistema creado para el Tucker ("Tuckermatic") usaba únicamente 27 piezas en lugar de las 120 habituales en este tipo de cajas. El conjunto mecánico estaba anclado con sólo 4 tornillos, para permitir un montaje y desmontaje muy rápido y sencillo.

La seguridad abarcaba 67 aspectos diferentes tales como columna de dirección colapsable, el tablero acolchado, parabrisas que se desprendía hacia el exterior, mandos fabricados en materiales blandos y ubicados detrás del volante, únicamente al alcance del conductor y, para evitar lesiones a los ocupantes, pensó en cinturones de seguridad, pero fue persuadido con el argumento de que el comprador pensaría que estaba comprando un "auto inseguro".

 

Un diseño de estilo Avant-Garde en una carrocería larga y baja, muy aerodinámica (índice 0.30, muy bueno aún para nuestros días).

Contaba con 4 puertas y en la parte frontal sobresalía un tercer faro central que giraba junto a las ruedas, como respuesta a un estudio que concluía que el 65% de los accidentes en carretera durante la noche se debían a la falta de iluminación en el momento en que se tomaba una curva.

FICHA TECNICA:
Motor: Franklin, de 6 cilindros opuestos
Cilindrada: 5.477 cc (335ci)
Potencia: 166 HP @ 3.200 rpm
Alimentación: Inyección de combustible mecánica
Torque: 62 Kgm/1.800 rpm
Caja: Automática de 3 velocidades
Velocidad maxima: 193 Km/h.
Aceleración de 0-100 Km/hora: 10 segundos
Consumo promedio: 7,8 kilómetros por litro
Largo/Ancho/Alto: 5,33m/2,08m/1,65m.
Peso:1.920 kilos
Precio en 1948: $2.450 dólares

Mientras avanzaba el proyecto y luego de la presentación del primer auto, conocido como "the Tin Goose" (el Ganso de Lata), la necesidad de fondos llevó a Tucker a buscar más dinero para continuar con el trabajo.

Para ello, ideó un plan para comercializar accesorios para los autos Tucker (radios, maletas para viaje y forros para los asientos).

Logró su objetivo, pero esto despertó las sospechas de la SEC (Comisión de Seguridad e Intercambios del gobierno norteamericano) que inició una investigación que muchos afirman fue instigada por "los 3 grandes" fabricantes de autos, que temían el éxito de Tucker.

Además, para agravar la situación, la investigación y los sumarios fueron filtrados a la prensa haciendo hincapié en detalles del trabajo de producción del auto que no funcionaban muy bien, o en su calidad y confiabilidad, sin tener en cuenta que no eran modelos definitivos sino prototipos. Se produjo pánico entre compradores potenciales, concesionarios, proveedores y accionistas, que reclamaban por sus intereses.

La planta fue cerrada y sus empleados despedidos.



Continuación

 




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